Nunca has sentido que te invade el hambre al caminar por las calles capitalinas y cuando introduces la mano en tu bolsillo para comprar algo de comer, solo encuentras una gran cantidad de vacío y unos cuantos papeles de un dulce que te devoraste pocas horas antes... Y parecerá extraño hablar de este tema cuando los que en realidad busco es un tema para escribir una critica periodística fundamentada en mis vagos conocimientos sobre temas como el cine, el arte, la pintura o la música. Sin embargo considero importante la analogía con la que he de referirme a ello, puesto que ante situaciones como estas he de apreciar lo que la vida da a unos y quita a otros, obligandolos a trabajar en las calles pero en dichosa situación nos encontramos con aquel arte que no es obligatorio pagar y que no distingue sexo raza ni estrato...Aquel arte que se hace, se vive y se siente en las calles.
TEMA: Arte Callejero
*Malabaristas, bailarines y actores
*Cantantes
*Graffiti
*Apoyo de la alcaldía para proyectos
martes, 28 de octubre de 2014
jueves, 23 de octubre de 2014
MELODRAMAS DE UN FIN DE SEMANA
Odio cuando el control del
televisor se esconde entre la inmensidad de mi habitación y debo buscar entre
las eternas filas de ropa y el infernal caos de desorden que caracteriza mi
espacio personal, pero debo admitir que siento un gran alivio al encontrarlo.
Así que luego de una dura semana en la Universidad solo deseo distraer mi
cabeza con un buen programa de televisión un fin de semana en la tarde, pero una
vez enciendo el “aparato infernal” un círculo vicioso parece seguirme y lo
primero que veo son a cinco sujetos sentados en un sed donde la privacidad no
vale nada.
La Red es un programa de
entretenimiento y farándula que se emite los fines de semana por el Canal
Caracol después de la primera emisión de Noticias de las 12:30 p.m y luego de
una breve información sobre lo que pasa en el país y en el mundo llegan a las
tardes del canal cinco “periodistas” a
los que supuestamente nada se les escapa exceptuando su vida personal, entre
ellos Carlos Vargas, Frank Solano, Ronald Mayorga, Carlos Giraldo y Mary Méndez
que de uno u otro modo “dan papaya” para hablar de ellos.
Una vez cansada de ver la
basura de contenidos en la Televisión Colombiana pienso que si no puedo contra
el enemigo debo unírmele a el así que me siento a criticar un poco sobre la
apariencia de estos personajes que serán blanco de lo que en este momento usted
lee.
Ya abrumada por los
comentarios poco significativos y la brula de estos payasos de la televisión
colombiana al periodismo de investigación me veo en la penosa tarea de pasar de
canal a emisiones internacionales hasta que me encuentro con un curioso documental en Antena 3 titulado “perros con malas pulgas” y me doy
cuenta del gran logró de la televisión colombiana y el objetivo último que
desea conseguir y para quienes no lo saben Colombia busca con este tipo de emisiones
como La Red propiciar al público información una guía animal y como debemos
actuar ante la posible agresión de estos caninos salvajes.
Lo más propicio en este
momento es contratar a Cesar Milan- el encantador de perros de Animal Planet
para acabar con el síndrome de los mal adiestramientos de los periodistas de farándula
y por tanto del contenido de los canales de comunicación audiovisual de país.
Así que solo queda darle off al televisor, reflexionar y de nuevo levantarme para darme cuenta que lo que necesita la televisión son guionistas, libretistas, productores e inversionistas en los canales que jueguen en pro de la construcción social del país. Y se debe jugar del mismo modo a favor de un contenido para pasar una buena tarde de domingo en casa frente al televisor.
miércoles, 15 de octubre de 2014
EN EL LIMBO DE LA EDUCACIÓN
Por: María del Pilar Vásquez
Hoy parece que las bibliotecas y las librerías son simplemente un cementerio de palabras, aislamiento de mundos por conocer, y sepulcro de ideas sin explotar, ubicada dentro de una sociedad preocupada por un estado en las redes sociales o el lugar de la rumba de fin de semana. Incluso estamos siendo obligados a estudiar sin siquiera generar incentivos para la creación de proyectos con miras a un mejor mundo. Y las inyecciones en la educación parecen ser simples cortinas de humo con el fin de dirigir la mirada de la opinión pública sobre las “buenas nuevas”.
En los últimos seis años Bogotá ha recibido al menos a 80 mil menores campesinos que, como consecuencia del conflicto armado colombiano, tuvieron que abandonar la escuela. Apenas 35 mil estudian actualmente en los colegios distritales, en los que no existe una ruta definida para su atención. Otros, mientras tanto, no lograron acceder al sistema educativo o desertaron de este al poco tiempo, ello es un claro ejemplo de la deserción de los estudiantes por la falta de preocupación del gobierno en temas de educación.
Aquí la pregunta es si los colombianos somos muy brutos o si por el contrario estamos siendo instruidos por una calidad pésima de educación. Hace un año Colombia tuvo una impactante participación en las pruebas PISA (Programa internacional para la evaluación de estudiantes), el examen más importante en el mundo hecho por alumnos de 15 años; puesto que la participación del país en conjunto con 65 países más ocupamos el puesto 61 y aun así nos preguntamos porque no somos competitivos en el exterior.
Superando apenas a Perú, Indonesia y el pequeñísimo emirato árabe de Catar, que tiene poco más de un millón de habitantes, Colombia ha dejado devastadores resultados en las pruebas que evalúan la capacidad de los estudiantes, pues tan solo en matemáticas no alcanzo siquiera el nivel 2 que es el menor nivel para pasar los exámenes internacionales.
Ante este panorama hemos de preguntarnos si el Gobierno si esta invirtiendo en procesos de selección para el mejoramiento de las instituciones educativas, y si el mismo está empleando métodos para la calificación de los maestro de las mismas.
Por otro lado cabe mencionar la oferta en educación superior, según cifras en los últimos años se ha visto un incremento masivo de la oferta universitaria. La ex viceministra Martínez Barrios revela que en Colombia hay 286 entidades de educación superior. De ellas, 80 son universidades y el resto son instituciones de diversa naturaleza.
Como si fuera poco, existen otros 3.000 organismos llamados con elegancia “centros de formación para el trabajo y desarrollo humano”, que incluyen diplomas de criminalística, belleza, peluquería, ciencias forenses o ambientales, contabilidad, sistemas. Sin mencionar tampoco la creación de programas de educación superior como el SENA, instituto que busca la formación de mejores profesionales, con altos índices de capacidad cognitiva pero que más adelante terminaran siento peones dentro de una economía que busca profesionales a bajo costo dentro de las empresas, pues están siendo contratados por un salario mínimo y así buscan seguir llamando al país como ensamblador y además de ello cuna de mano de obra barata y calificada.
Pues bien este tema es un debate que merece ser examinado minuciosamente puesto que los pocos profesionales bien calificados del país buscan ser contratados por firmas internacionales y desertar a países que le garanticen un mejor calidad de vida frente a los gastos que demanda una educación de calidad y en busca de costos de oportunidad que no jueguen con su futuro. Pero parece ser que en Colombia la educación es el telón de una obra que se cierra cuando las cosas se ponen mal en el escenario público.
Aquí la pregunta es si los colombianos somos muy brutos o si por el contrario estamos siendo instruidos por una calidad pésima de educación. Hace un año Colombia tuvo una impactante participación en las pruebas PISA (Programa internacional para la evaluación de estudiantes), el examen más importante en el mundo hecho por alumnos de 15 años; puesto que la participación del país en conjunto con 65 países más ocupamos el puesto 61 y aun así nos preguntamos porque no somos competitivos en el exterior.
Superando apenas a Perú, Indonesia y el pequeñísimo emirato árabe de Catar, que tiene poco más de un millón de habitantes, Colombia ha dejado devastadores resultados en las pruebas que evalúan la capacidad de los estudiantes, pues tan solo en matemáticas no alcanzo siquiera el nivel 2 que es el menor nivel para pasar los exámenes internacionales.
Ante este panorama hemos de preguntarnos si el Gobierno si esta invirtiendo en procesos de selección para el mejoramiento de las instituciones educativas, y si el mismo está empleando métodos para la calificación de los maestro de las mismas.
Por otro lado cabe mencionar la oferta en educación superior, según cifras en los últimos años se ha visto un incremento masivo de la oferta universitaria. La ex viceministra Martínez Barrios revela que en Colombia hay 286 entidades de educación superior. De ellas, 80 son universidades y el resto son instituciones de diversa naturaleza.
Como si fuera poco, existen otros 3.000 organismos llamados con elegancia “centros de formación para el trabajo y desarrollo humano”, que incluyen diplomas de criminalística, belleza, peluquería, ciencias forenses o ambientales, contabilidad, sistemas. Sin mencionar tampoco la creación de programas de educación superior como el SENA, instituto que busca la formación de mejores profesionales, con altos índices de capacidad cognitiva pero que más adelante terminaran siento peones dentro de una economía que busca profesionales a bajo costo dentro de las empresas, pues están siendo contratados por un salario mínimo y así buscan seguir llamando al país como ensamblador y además de ello cuna de mano de obra barata y calificada.
Pues bien este tema es un debate que merece ser examinado minuciosamente puesto que los pocos profesionales bien calificados del país buscan ser contratados por firmas internacionales y desertar a países que le garanticen un mejor calidad de vida frente a los gastos que demanda una educación de calidad y en busca de costos de oportunidad que no jueguen con su futuro. Pero parece ser que en Colombia la educación es el telón de una obra que se cierra cuando las cosas se ponen mal en el escenario público.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)