martes, 9 de septiembre de 2014

SIN HERIR SUSCEPTIBILIDADES


Por: María del Pilar Vásquez

Tengan buen día todos y todas, muy posiblemente sea usted susceptible a las palabras que a continuación ha de leer así que prepare sus odios, cabeza, ojos y mente porque si bien como es costumbre en Colombia, acá se le incrimina bien sea por votar un papel a la calle o simplemente por defender a un animal que ha sido maltratado.

La administración del gobierno de Gustavo Petro, Alcalde de Bogotá, se ha visto severamente criticada tal vez por el pasado oscuro que trae escondido tras unas gafas y una sonrisa humana, pues cabe recordar que este protagonista (para algunos antagonista) de las por ahora “novelas políticas” al que llamaban alias Aureliano Buendía perteneció en su juventud al grupo subversivo M-19 (en verdad no lo culpo, porque tal vez allí no era juzgado por pensar diferente), y que años más tarde encabezaría la capital del país colombiano.

Y es que vivimos en un país que muy posiblemente nos enmarca una situación política cada vez más agravante y más incierta. Pues en vez de trabajar juntos por un mejor país nos estamos echando culpas y enviando mensajes indirectos con pajaritos azules (red social Twitter) por planes de gobierno que no han salido muy bien.

Pero muchos le atribuimos la culpa de las calles inundadas en basura y los huecos en las vías públicas a una administración que usted escogió o que la mayoría de capitalinos decidieron elegir pues se logró para el 2011 el 32,22% de los votos a favor de Petro sin siquiera pensar que quien debe hacer frente a las problemáticas sociales no es solo el representante de éste si no todo un pueblo, una sociedad que como lo relata la Constitución política es el segundo poder más grande luego del de Dios.

Menos mal le advertí antes de que iniciara a leer que lo que iba a escribir podría herir susceptibilidades, pero sin embargo me disculpo si lo agredí no tengo la intención de herirlo porque no concuerdo con la idea de hacerle daño a otro ser, como el que a muchos les causa gracia causar dentro de la Plaza de Toros en Bogotá.

Y quizá piense que esta vez fuimos nosotros quienes fueron cogidos de los cuernos y arremetidos contra el suelo, pero la verdad es que a muchos nos han cortado las orejas para no escuchar, nos han clavado una daga en la cabeza para no pensar y nos han acorralado para no opinar.

Posdata: Señor Gustavo Petro, si alguna vez lee esto debo decirle completamente convencida que usted definitivamente me ha hecho más humana.

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